martes, 12 de julio de 2011

Pasajeros

De un tren.
Desconocida la ida y la vuelta
Descarrilados aunque vayamos muy rectos
pasajeros...como los amores, todos, los de verano y los de invierno.
pasajeros.
Las manos crecen y la ansiedad decrece...el tiempo pasa, aunque no exista el tiempo.
La distancia necesaria y los pasajeros pasan, pajarean
La tierra del suelo está toda borrosa y no se ven los caminos, sólo la vía, la vía
La casa vacía y la Gran Vía aquí abajo que se deja pasear.
Y los pájaros de la ciudad que vuelan con mascarilla, como la que se puso de moda con los japoneses y con los ciclistas y con michael, claro, la mascarilla de michael.
Pasajeros del vuelo nocturno, esos no quedan cerca, quedan, y quedan cada fin de semana para desbarrar, para desvariar, para olvidar que el pasaje caduca mañana.
De colores como los trajes que se pasean por las ferias de primavera...somos maniquíes, estatuas de vísceras y de calamidades con una sonrisa puesta para poder cambiar.
Caracoles y babas después de la lluvia y parajes... esos paisajes que siempre recuerdan a alguien porque siempre se recuerda en soledad...
Pasen y vean, busquen, comparen pero no paren... y mejor ni piensen... la cabeza, la cabeza y el roedor... la conciencia, la cerveza, la maleza, una pieza, firmeza.
Y el corazón!! ay el corazón, cuánta razón... y desinfección de los cuentos y las monsergas, de las películas taquilleras- plantas adormideras perecederas, pasajeras.

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