sábado, 18 de julio de 2009

EL MOLINERO AULLADOR

Arto Paasilinna escribió un libro en Finlandia en 1981... yo me lo zampé en seis horas en Barcelona en 2009. Es un cuento de mayores. En "Dos mujeres en Praga" dice Millás que hay dos tipos de personas: las que siempre han pensado que son adoptadas y las que los son pero no se lo terminan de creer ... divagamos entre la ficción y la realidad, entre fantasía y una conciencia lúcida que nos atormenta a perpetuidad... entonces el Molinero Aullador provoca una especie de enajenación mental - transitoria sí- da como ganas de aullar sin parar, todo seguido, sin parar.

En el libro, hay un héroe egodisperso en una misión pantagruélica ante un público miserable y mediocre al que le gusta mofarse de los intrépidos.... un hombre libre, que encandila con su cuelgue, que curra, que dice lo que piensa y que hace lo que dice... y que cuando está triste, aúlla. Gunnan aúlla y uno que lee, ávido de héroes rampantes, no tiene más remedio que caminar con él en un movimiento maníaco, depresivo, perpendicular a cualquier espacio-tiempo, da igual el pueblo y si es invierno, aúlla.

La locura es el alcance de lo irracional, del instinto capaz de la sublimación, el genio loco qué guay es pero qué insoportable!!! ya te gustaría a ti ser insoportable!!!... pero capaz de cegarlo todo de impulsividad, el animal!!!!... Pero cómo me voy a poner a bailar aquí, sin música?!! El loco y el bufón, espiaciones de la angustia social. Que muera el loco! Somos cobardes por naturaleza ...por desgracia. Nos da igual que un borracho diga la verdad... está borracho...no hay por qué escucharle, de hecho mejor que no.

Equivalencia y ecuación entre el castigo y la culpa; donde subyace la idea de que la culpa es la que desencadena las fuerzas de autodestrucción, de castigo... y de lo que es peor...de auto-castigo... Juan Palomo. Claro, si no nos sintiéramos culpables de algo - no se sabe muy bien de qué- no necesitaríamos, digo, tanto aparato represivo para machacarnos... y si el Estado, nosotros, se empeñase en machacarnos, digamos, para controlarnos, qué mejor que hacernos, nosotros, sentir culpables DE ALGO- no se sabe muy bien de qué- claro coño, si es que soy yo que me reprimo y me machaco porque me siento culpable de algo- no se sabe muy bien de qué.

A Gunnan le piden que deje de aullar...le amenazan con el manicomio si no se integra. Ya estamos con el médico y las pastillas y que aullar está mal y que no hay que estar triste... porque la vida es un cachondeo constante. Pues si estás triste qué va a pasar? pues que me tomo todas las pastillas. Ala! Efecto devastador- como cuando uno va a corporación dermoestética, igual... todos con la misma cara, la misma boca, el mismo botox las mismas tetas... aullar no... mediocre sí... viejo no...de plástico sí.... pero cuándo se ha decidido todo esto?! y yo qué sé pero aúlla.

Así, marginado, el molinero es un ermitaño en peligro que trata de sobrevivir; un proscrito. está al límite... quemará el pueblo entero para que le dejen en paz.. y hablará con su colega el crucificado, como él, crucificado por la sociedad.... qué metáfora histriónica la del cristianismo..., como en Marcelino Pan y Vino igual... el crío ese demoníaco que habla con el nazareno en la cruz... era Joselito? .... Gunnan tiene que morir, tiene que redimir a la peña, tiene que irse, tiene que ser idolatrado, como un fantasma, como una estrella de rock... montarse en un tren sin retorno y vagar en la memoria ajena, pero sobretodo marcharse. La llamada al desorden no será permitida. La justicia poética - que es la única que queda - pues esa.... tiene que salvarle de algún modo.

El molinero seguirá aullando por mucho que lo rebanen... aunque sea en nuestras mentes y ello nos desasosiega. El caos no puede eliminarse... ejercerá su carácter con libertad aunque nos escondamos en el centro de la tierra... lejos de la comunidad, que persigue de forma mezquina toda disidencia... cada vez más cerca del caos mismo que reproduce. Necesitamos que Gunnan muera o mitificarlom, pero aquí, aquí no se puede quedar, ni hablar. La realidad de la vida del molinero no puede ser aceptada y, en cambio, el mito pervive.

Qué extraño es el orden. Para qué lo necesitaremos aun sabiendo que es completamente irreal? nos da seguridad, tranquilidad? una falsa sensación de estabilidad? un estandar de comportamiento... alguna linea civilizada que es mejor no abandonar... la aspirina de la muerte? volver al redil y avanzar... en el circulo que nos lleva a ningún lugar porque alguno sería en los caminos que dejamos sin explorar.... Voy a aullar un rato a ver si se me pasa.

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